Tras una largo periodo sin excursiones T.U y pese a falta de personal amigo por problemas del bicho covid nos volvimos a reunir para pasar un par de días de travesía. Nuestra idea fue la de subir al pico Curavacas en la Montaña Palentina, crestear y llegar hasta pozo Lomas.
Aparcados en Vidrieros y comenzando con 10 flexiones nos pusimos a hacer la aproximación al pico Curavacas a ritmo patatero. La ascensión que llevamos a cabo es la más sencilla de ascensión, por su ladera sur por el Callejo Grande. La aproximación es corta pero bonita se atraviesa un bosque de ribera con bastantes orquideas Dactylorhiza , y un alto pastizal que en este momento estaba agostado y con la floración del escobón (Genista florida). Pronto dejamos atras la vegetación y comenzamos a ascender por la inmensa pedrera de conglomerado que forma el curavacas haciendo equilibrios y realizando zetas con esfuerzo conseguimos introducirnos en el Callejo Grande donde la ruta empieza a cobrar mayor pendiente pero con la capacidad de usar las manos ya que suelen sobresalir rocas donde te puedes ir agarrando de forma segura.
Erica tetralix indicativa de HIC prioritario
La pedrera
Llegando al Callejo Grande
Barrón en el Callejo Grande
Tuvimos la suerte de ver a un fuera de serie un señor que con 65 años se hacia carreras de 100 km en menos de 24 h. Tenía la mirada de un niño.
Vistas desde la cima Picos de Europa
Reponiendo energías con los capirotes de Guzman en la cima del Curavacas
Tras llegar a la cima nos alegramos de una buenísima noticia de nuestro amigo Barrón en cambio uno de nuestros amigos se bajo por dolores de tripa.
Foto equipo en la cima del Curavacas
Continuamos la ruta con un poco de apatatamiento. Aquí la ruta se nos complicaba y requería la máxima concentración en algunos pasos, ya que llegaban a ser un poco aéreos y tenían algunos pasos de escalada. Estos pasos complicados se encontraban en la travesía que va desde la cima del curavacas pasando por Pico Medio, Cumbre Oeste hasta llegar a La Curruquilla. Es un tramo poco señalizado y donde es importante no perderse porque si es así se puede complicar el terreno y ponerte en un lugar peligroso.
Reponiendo energías con vistas al espi, nos enfrentabamos a la parte más dura de la ruta.
Paso de la curruquilla
Vistas del Espigüete
Como estabamos un poco apatataos decidimos bajar por el collado de la Curruquilla y la Hoya Contina hasta el Pozo el Vés. El descenso fue bastante entretenido deslizandote por una hilera de piedras pequeñas que eran perfectas para amortiguar la bajada y darle un toque de velocidad y descanso a las rodillas. Una vez que llegamos a los pozos yo quede flipado ante tanta belleza, ME ENCANTO. Pudimos ver tritones alpinos y un monton de renacuajos de ranas bermejas. Paramos a comer y a darnos un par de baños en el aire de libertad que se respiraba en los Puertos del Ves, libertad que se trasformo en unos terneros fuscos que nos querían amochar.
Nuestro próximo destino era el collado del Vés habiamos quedado con Carmen y su compi y aún quedaba camino por recorrer. Atravesamos los puestos del Vés lo más comodamente que pudimos tras luchar contra unos terneros con muy mal carácter que se querían apoderar de nuestras mochilas. Ya la ruta se estaba haciendo cansada y nosotros estabamos muy apatataos y tufaos del sol. Pero tras superar alergías, vaquillas, piornales logramos llegar a donde íbamos a dormir el Pozo Lomas. Un lugar precioso pero que me trae un montón de sensaciones buenas y algunas no tan buenas. Pero bueno, la vida es eso al fin y al cabo: tropezar, perdonar, curar y hacernos viejos con orgullo.
Caminando al collado del Vés, el Espi al fondo.
En el collado del Vés
Espacios grandes para aprender a ser grande siendo pequeños.
El Pozo Lomas
Hora de cenar con las aventuras locas de David
Por la mañana Guzman hizo el buen gesto del día destrepando para coger una bolsa de plástico tirada en el pozo. Continuamos la ruta por el fondo de valle una ruta señalizada por el puerto de las Lomas hasta coger la pista que nos lleva a Cardaño de Arriba. Finalmente terminamos en Puente Agudín celebrandolo con sidra y folkclore.
No hay comentarios:
Publicar un comentario